Aunque el Partido
Revolucionario Moderno (PRM) y su candidato presidencial Luis Abinader se
fortalecen progresivamente, cada día es más visible que se requiere una amplia
concertación de la oposición política para enfrentar la inmensa maquinaria de
poder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fundada en el abuso y
reparto del Estado.
Un sólido frente
opositor, basado en un proyecto de transformaciones socio-económicas y
políticas, podría generar una sinergia que atraiga a amplios segmentos sociales
insatisfechos pero pesimistas ante el proyecto reeleccionista del presidente
Danilo Medina que reunirá a casi una veintena de partidos en la boleta
electoral.
El
poder reeleccionista
El pesimismo es
amplio frente a la inmensa maquinaria de poder que ha montado el PLD para una
reelección total basada en un reparto del Estado sin el menor escrúpulo,
dejando poco espacio a la competitividad democrática para las elecciones
generales del próximo año.
La forma en que
el PLD pactó para evitar su división y reformar la Constitución para viabilizar
la reelección presidencial, con el reparto antidemocrático de los cargos
directivos y las candidaturas, la compra de bloques legislativos enteros, y la
negociación de alianzas en base al reparto del Estado, indican que no habrá
límites en su determinación de mantener e incluso incrementar su poder.
Acontecimientos
como la entrega del teatro de Agua y Luz del Centro de los héroes al principal
pactante con el Gobierno, los vídeos demostrativos del reparto de “facilidades”
para que los peledeístas adquieran automóviles y del adoctrinamiento de niños
escolares para rentabilizar el clientelismo, a ocho meses de los comicios, no
dejan dudas de que no habrá límites éticos ni morales ni respeto a los
procedimientos democráticos, como ha sido norma en los procesos reeleccionistas
de la historia nacional.
Con el control de
todos los poderes del Estado y sus organismos regulatorios, del 90 por ciento
del financiamiento legal a los partidos, y gran parte del aparato comunicativo
nacional, el reeleccionismo no debería incurrir en ningún exceso, pero lo hace
para suturar las heridas internas, pagar las nuevas lealtades y evitar
deserciones a fin de mantener la percepción de invencibilidad y aplastamiento.
Las perspectivas
apuntan a que, como dijo Medina para el 2008 al perder ante el presidente
Leonel Fernández: “me venció el Estado”.
Proyecto
de Convergencia
El proyecto de
“Convergencia para un Mejor País”, lanzado a mediados del año pasado, no ha
alcanzado los niveles que en principio se esperaba, quedando demasiado a
expensas del PRM, nueva alternativa opositora fortalecida por la mayoría que
abandonó las filas del Partido Revolucionario Dominicano capturado por el
frente gubernamental.
Lo conforman
actualmente otros tres partidos reconocidos, el Humanista Dominicano, el Frente
Amplio que reúne a varios grupos de izquierda, y Dominicanos por el Cambio, que
lidera Eduardo Estrella, además de varios núcleos políticos sociales.
Aunque han
insistido en reivindicar la Convergencia, la mayoría perredemeísta y su
candidato han priorizado la conformación de una estructura nacional propia. Hace
un mes presentaron los lineamientos de un programa de Gobierno, sometido a
consideración del resto de la oposición, pero aún no se conoce alguna reacción,
en especial del segundo partido de oposición según las encuestas, Alianza País
(AP), que lidera Guillermo Moreno, ni de la Alianza por la Democracia (APD) que
encabeza Max Puig, o de la nueva Opción Democrática (OD) de Minou Tavárez
Mirabal, agrupamientos de centro izquierda que condicionan un frente electoral
a que se base en un programa de transformaciones.
El PRM ya ha
anunciado que en octubre elegirá candidatos congresuales y municipales en 10
provincias, lo que dificultaría las concertaciones con otros partidos, en la
medida en que avance a las 22 restantes, aunque mantendrían una serie de
candidaturas reservadas para eventuales nuevos aliados.
Los que estarían
más próximos serían el Partido Revolucionario Social Demócrata, que lidera
Hatuey de Camps, y el Moviniento Rebelde, que encabeza el diputado y dirigente
transportista Juan Hubieres.
Las
opciones alternativas
Los partidos
reconocidos que lideran Moreno y Puig, el de Minou Tavárez, en proceso de
constitución, más Patria para Todos, sumatoria de varios núcleos de izquierda
al que la Junta Central Electoral acaba de negar franquicia, tienen posiciones
políticas cercanas, pero aún entre estos no se percibe interés en un frente
común.
Con la excepción
de la Opción Democrática, de reciente constitución, los demás han fracasado en
intentos de reagrupamientos para los últimos procesos electorales.
Consideradas como
opciones alternativas, del centro a la izquierda política, con discursos
centrados en el rechazo de los partidos tradicionales y de la corrupción, y
pregoneros de nuevas formas de hacer política para transformar la sociedad, no
ocultan sus reservas frente al PRM, por provenir del PRD, aunque los tres
tienen antecedentes de vínculos grupales o personales con el PLD, del que se
distanciaron reivindicando principios abandonados por los gobernantes.
La AP tiene el
aliento de su ascenso en las últimas encuestas, segundo de oposición después
del PRM, y hasta sobre el PRD y el PRSC, muy por encima del 1.37 por ciento que
obtuvo en la votación del 2012.
En esos comicios
la APD, aliada al PLD, solo consiguió el 0.11 por ciento de los votos, pero
quedó con una diputada nacional y alguna representación municipal. Minou Taváez
Mirabal, diputada por el PLD, abandonó ese partido el año pasado, rechazando
sus prácticas políticas, para crear una opción alternativa.
Equilibrar
la democracia
Con muchos de los
mejores técnicos y profesionales del PRD, el PRM se nutre de su experiencia y
levanta una amplia estructura nacional, sumando a otros provenientes del
reformismo y de la sociedad civil.
Apuesta a un
escenario similar al de 1978 cuando en búsqueda de un cuarto mandato
consecutivo, como ahora el PLD, Balaguer parecía invencible, y una heterogénea
alianza le pudo arrebatar el poder.
Una diferencia importante es que ahora la oposición carece de un líder de las facultades políticas para la concertación y el desprendimiento personal de José Francisco Peña Gómez, en especial su capacidad para tocar la emocionalidad de los sectores populares.
Una diferencia importante es que ahora la oposición carece de un líder de las facultades políticas para la concertación y el desprendimiento personal de José Francisco Peña Gómez, en especial su capacidad para tocar la emocionalidad de los sectores populares.
El PRM ha logrado
en las últimas semanas colocar a la defensiva a los reeleccionistas, con una
sistemática documentación de sus debilidades, pero requiere expandirse más y
comprometerse con las expectativas de los sectores sociales insatisfechos, con
las organizaciones de base, y con la clase media sumida en el pesimismo, y
sobre todo con la juventud, incorporándola en mayor dimensión.
Para todo ello es imprescindible un mayor esfuerzo por concertar con los alternativos, aunque ni siquiera un frente opositor garantiza el desplazamiento de la estructura de poder del PLD, pero generaría un nuevo escenario de competencia, de reclamo de equidad democrática, incluyendo la limitación del abuso de los recursos estatales.
Para todo ello es imprescindible un mayor esfuerzo por concertar con los alternativos, aunque ni siquiera un frente opositor garantiza el desplazamiento de la estructura de poder del PLD, pero generaría un nuevo escenario de competencia, de reclamo de equidad democrática, incluyendo la limitación del abuso de los recursos estatales.
La sinergia de la
unidad obligaría a muchos indiferentes a definirse entre la continuidad y la
alternativa, reduciría al máximo al PRD y el PRSC y generaría un reequilibrio
del proceso democrático nacional.
La
recurrente bipolarización
Con un buen
discurso alternativo, Moreno, Puig y Minou tienen pleno derecho a jugar a la
“real alternativa”, aunque el absolutismo reeleccionista no deja posibilidades
de libre competencia y pone en ridículo la apuesta a una segunda vuelta. Con
débiles estructuras, se exponen a quedar como insubstanciales, sobre todo si el
PRM acaba polarizando como es tradicional en la historia nacional, donde han
fracasado alternativos como Ramón Almánzar, Julián Serulle, César Estrella
Sadhalá, Narciso Isa Conde, Roberto Saladín, Hamlet Hermann y el mismo Moreno
dos veces.
Son altas las
posibilidades de que se repita la bipolarización que ha frustrado múltiples
proyectos novedosos, la que en 1978 dejó al profesor Juan Bosch y su nuevo PLD
con el 1 por ciento del sufragio, apenas 18 mil votos. Si por lo menos esos
tres no se juntan, podrían ser visualizados por el electorado como llaneros
solitarios, fundamentalistas éticos dice José Luis Taveras, y hasta
estigmatizados si en mayo próximo el PLD queda con todavía mayor control de los
cargos electivos.
Al PRD le
contaron el 47 por ciento de los votos en 2012, y el partido dominante se quedó
con 31 de los 32 senadores y claras mayorías de las diputaciones y alcaldías.
Juntos, los tres
alternativos tendrían posibilidades de pactar con el PRM, tomando en serio su
propuesta de lineamientos básicos, convertirse en su ala izquierda propulsora
de cambios reales, y detonar las sinergias del todos contra la reelección
total, impulsando mejores candidaturas congresuales y municipales, incluyendo a
representativos de la sociedad civil. Crearían mejor escenario de competencia
local y nacional y garantizarían espacios para proseguir buscando constituirse
en real alternativa.
Por: JUAN BOLIVAR DÍAZ
No hay comentarios.:
Publicar un comentario